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14 mar 2009

La luna, el vaso y un puñado de lágrimas.


La luz blanquecina de la luna entra por el ventanal iluminando una oscura habitación. Una leve brisa mueve las finas cortinas blancas. En la oscuridad de la habitación se escucha como el güisqui es vertido en un vaso ancho de cristal haciendo crepitar los hielos. Una silueta se levanta de entre las sombras con un vaso lleno de un líquido color ámbar que parece brillar en la oscuridad. Torpemente la figura se dirige al tocadiscos, pese a la patente embriaguez producida por el ambarino fluido coloca con total sutileza la aguja del tocadiscos sobre el vinilo y una melodía suave y dulce invade la habitación. Es su canción, recuerdos bailan al compás de la música. Lágrimas empiezan a resbalar por su mejilla, hasta precipitarse al vacío. Las lágrimas no legan al suelo, pues caen presas dentro del vaso de güisqui que, con rabia, presionaba fuertemente sobre su pecho. Dijo el poeta que nada mejor para olvidar el desamor que alcohol y lágrimas. Una joven chica sonriente atraviesa su mente lo cual le provoca una pseudosonrisa, la amargura vuelve al recordarla en brazos de otro hombre. De un trago se termina el vaso para tratar de acabar con el doloroso recuerdo. No hay forma de eliminar ese recuerdo, vuelve cabizbajo a la mesa, coge la botella, tembloroso, y se dirige al ventanal abierto del balcón. Bañado por la luz de la luna, se puede contemplar a un joven desaliñado que contempla impávido la brillante luna llena, con un vaso vacío en una mano, una botella semivacía en la otra y un corazón compungido. Llena de nuevo el vaso sin pensárselo dos veces y sin dejar de contemplar la luna, le propone un brindis a la luna y, con otro trago ardiente, deja seco el vaso. De repente, bien sea por el alcohol o por la locura, empieza a desvariar, empieza a hablar solo.

Ella no te quiere, está con otro, asúmelo cuanto antes y deja de torturarte.

–No, el amor que siento por ella es más fuerte que el dolor que siento al verla en brazos de otro.

Amor no correspondido es tiempo perdido, amigo.

–No, no, no...¡NO!– Una botella de güisqui sale despedida, estrellándose contra la pared y rompiéndose en mil pedazos.

Admítelo, llegas tarde, ella ahora es feliz en los brazos de otra persona.

–¿Te crees que no lo se? Imbécil, lo se muy bien. Pero tú sabes, mejor que nadie, que haría lo que fuera necesario con tal de verla sonreír.

Lo se, y aquí el único imbécil que hay eres tú. Por verla sonreír estás ahora mismo sufriendo, eso es de ser idiotas, amigo mío.

–Ya te he dicho que el amor que siento por ella va más allá de este dolor.

Se supone que el amor ha de traer felicidad para ambos y aquí no veo ninguna persona feliz ¿Tú la ves? La única que se lo está pasando bien es ella, y el otro…Tú estás fuera de la ecuación, asúmelo payaso.

–Cierto es mi buen amigo. Tal vez ahora que ya no tengo nada que perder, sea hora de poner las cartas sobre la mesa.

Tú ya has perdido la partida ¿De que te sirve poner las cartas sobre la mesa?

–Oye mira, por una vez en nuestra desgraciada vida, vete a la mierda.

Fue entonces cuando corrió en busca del teléfono móvil y de espaldas a la luna realizó una llamada en mitad de la noche…

–Dime.

–Verás, me he dado cuenta de que te amo con locura…

–No me jodas ¿Por qué no me lo has dicho antes? Sabes qué estoy con otra persona ¿no?

–Sí, lo se, pero pensé que era justo y necesario que supieses lo que siento por ti. Pero, tran…

–Shhh, calla, no digas nada más. Sabes que siempre me has gustado, pero yo pensaba que tú no sentías lo mismo por mí. Ahora que lo se, has de saber que te quiero. Nuestra canción se escucha de fondo, has pensado en todo…

Un aullido partió la noche. El joven se giró para contemplar la luna, le guiñó un ojo y una felicidad inmensa recorrió su cuerpo. Lágrimas volvieron a brillar en la oscuridad, pero esta vez, de felicidad…

11 mar 2009

Corazón dulce bañado en chocolate amargo.



Te odio, porque ahora mi felicidad y mi corazón están en tus manos.

Te odio, porque intenté desesperadamente crear un mundo ideal para mí, pero me he dado cuenta de que ese mundo está dentro de ti.
Te odio
, porque pese a la gran seguridad que me han concedido mis ideas, a tu lado me siento el ser más inseguro y desprotegido del planeta.
Te odio, porque desde que te conozco la vida sin ti, no sería vida.
Te odio, porque pones en jaque mi teoría, nuestra teoría.
Te odio, porque por las noches me robas todos los sueños para ser tú la estrella invitada.
Te odio, porque ahora no puedo pensar en otra cosa que no seas tú.
Te odio, porque cuando conseguí eliminar el miedo de mi cabeza, te conocí y ahora siempre tengo miedo, miedo a perderte.
Te odio, porque por tu culpa vuelvo a temerle a la muerte, pues ahora significa no volver a verte.
Te odio, por echar por tierra mi teoría, nuestra teoría.
Te odio, porque me elevaste hasta el cielo con tus alas blancas y yo con tanto vértigo, siento miedo de caer al vacío, lejos de ti.
Te odio, porque ya no busco mi felicidad, sino la tuya.
Te odio, por dejar a este humilde escritor sin palabras.
Te odio, porque me odias.
Te amo, porque te odio demasiado…

Utopía, distopía y lecciones sobre la vida.


Amanece, luce un sol radiante un día perfecto. Bajas a la calle y no hay gente discutiendo. No hay agresividad ni odio en el ambiente. No hay tristeza, no hay días grises, no hay enfermedad. Todo es maravilloso y perfecto. Nadie puede tener un mal día. Es como estar en el paraíso. La perfección sublime. Nadie lo pasa mal, nadie se mosquea, todo se envuelve de un halo divino. Un día radiante llega a su fin. Una noche bañada de estrellas, empieza a cobrar sentido. Todo es mágico, el amor encandila a miles de personas y todos felices se acuestan…Amanece, luce un sol radiante un día perfecto. Bajas a la calle y no hay gente discutiendo. No hay agresividad ni odio en el ambiente. No hay tristeza, no hay días grises, no hay enfermedad. Todo es maravilloso y perfecto. Nadie puede tener un mal día. Es como estar en el paraíso. La perfección sublime. Nadie lo pasa mal, nadie se mosquea, todo se envuelve de un halo divino. Un día radiante llega a su fin. Una noche bañada de estrellas, empieza a cobrar sentido. Todo es mágico, el amor encandila a miles de personas y todos felices se acuestan….Amanece…siempre la misma historia. ¿Qué hay de maravilloso en eso? ¿Donde quedan los días grises de tormenta? ¿Donde quedan las discusiones provocadas por la libertad intelectual? ¿Donde quedan esos días en los que uno dice “Hoy no estoy para nadie y nadie está para mí”? ¿Donde queda ese malestar provocado por el desamor? Ese malestar que nos evoca irrefrenablemente a seguir luchando. Eso también era bonito. Eso también formaba parte de la vida. La aparente utopía que se nos presenta en la Biblia y en muchas religiones como vida perfecta después de la muerte, es más bien una distopía. Una cosa que debería desaparecer en toda utopía, es el poder. Diréis “Disculpa, pero el poder también está presente en la vida, la supervivencia del más fuerte, todos los animales lo usan para sobrevivir”. Disculpad que refute esa afirmación, pues la ley de la supervivencia no solo se basa en el más fuerte, la naturaleza nos muestra que muchas veces es el más astuto quien sobrevive. La ley de la supervivencia, consiste en que cada especie sobrevive de un modo diferente según sus condiciones, adaptándose a un entorno y a unas circunstancias del mejor modo posible. Pues bien, creo que ha quedado claro que el poder no le sienta muy bien a nuestra especie y menos a su armoniosa supervivencia y por tanto deberemos adaptarnos de otro modo, digamos, más astuto. El ser humano debe aprender pues que para sobrevivir, debe abandonar el poder para experimentar nuevos modos de supervivencia más acordes con nuestra especie. Tampoco hay que irse muy lejos a investigar, podemos observar por ejemplo el sistema de supervivencia de los bonobos, parientes nuestros. A diferencia de los chimpancés (agresivos por naturaleza, poderosos en espíritu) los bonobos solucionan sus problemas con muestras de cariño y actos sexuales. Además presentan un sistema matriarcal, tienen mayor importancia las hembras de la especie. Parece ser que los bonobos nos ganan en estadística, pues aseguran la supervivencia de las mujeres antes que la de los hombres por mera lógica. Dado que por muchos hombres que haya, si solo hay una hembra, la posibilidad de reproducirse es escasa, mientras que en el caso de los bonobos sería más amplia. Al margen de esto, debemos quedarnos con el hecho de que lo que garantiza la supervivencia de los bonobos es el amor y no el poder. Los bonobos son capaces de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad, al contrario que sus parientes los chimpancés, y muchos humanos, que son más agresivos y territoriales. Además, se ha demostrado que los bonobos son más inteligentes que los chimpancés (¿A dónde hubiésemos podido llegar si en muchos periodos de nuestra historia en lugar de comportarnos como chimpancés nos hubiésemos comportado como bonobos?). Parece increíble que unos primos nuestros, supuestamente más retrasados que nosotros, nos tengan que dar estas lecciones de supervivencia. Pero en fin…Como chimpancés testarudos obcecados en que el poder es la única salvación, como dice la Biblia, no podemos imaginarnos un modo de supervivencia distinto y llamamos injustamente utopia, a algo que unos antepasados nuestros llevan haciendo miles de años, sobrevivir sin pisotear a nadie. Increíble ¿No creen?

6 mar 2009

El sorprendente caso de Genie: La niña salvaje.



(Este es un video que nos enseñaron ayer en una clase de psicología. Está dividido en seis partes y si queréis verlo desde You tube pinchad dos veces sobre el video. Trataré de hacer un resumen para aquellos que no quieran ver el documental, aunque lo recomiendo.)

Genie era una niña de doce años cuando la encontraron, encerrada por sus padres en una habitación de escasos metros cuadrados, con escasos muebles y con una silla con orinal donde la niña permanecía sentada la gran parte del día. La niña estuvo encerrada en la habitación desde su nacimiento, no conocía más mundo que esas cuatro paredes. Sorprendentemente cruel ¿no creen? Al ser descubierta la niña, su padre se pegó un tiro, su madre reconoció que ambas sufrían el abuso autoritario de su marido. Cuando encontraron a la pobre niña, no podía articular palabra y caminaba en una postura extraña. La niña parecía guiarse más por sentidos que como el tacto, que por la vista, al analizar los objetos que se le daban, tal vez por la falta de luz de la habitación. Tras sacarla de ese entorno hostil, los médicos y psicólogos de la época se pusieron a investigar con ella. Para tratar de resolver sus dudas sobre si el lenguaje puede aprenderse después de alcanzar la adolescencia. El caso es que, a mi parecer, tantos experimentos y pruebas no hicieron más que marear a la pobre Genie. Uno de los descubrimientos que hicieron es que al parecer la sensibilidad a la temperatura es aprendida, la aprendemos de nuestro entorno, pues tanto Genie como Victor (otro niño salvaje que sale en el documental) no parecían percibir la temperatura del mismo modo que el resto de personas. De todo el documental lo que más me llamo la atención, a parte del hecho de que los investigadores parecían más preocupados en descubrir cosas que en la propia salud de la niña, es una anécdota de Genie. Un día paseando se fijó en un trenecito de juguete que tenía otro niño. El niño al verla, le regaló el trenecito sin que ella articulase palabra alguna. Muchos de los investigadores que tuvo se percataron de que Genie gesticulaba muchísimo.

Yo ahora me pregunto ¿Cabe la remota posibilidad de que Genie aplicase la bipolaridad ante años de represión lingüística? ¿Cabe la posibilidad de que tras años en silencio ella se decantase por otro tipo de lenguaje? ¿Cabe la posibilidad de que nosotros seamos los que nos comuniquemos con un lenguaje imperfecto? ¿Cabe la posibilidad de que solo los niños lograsen entender a Genie, pues solo ellos carecen de ese lenguaje que nosotros hemos adquirido? Tal vez una explicación más lógica al hecho de que el niño le diese el trenecito, sea el hecho de ser una respuesta innata en el ser humano, una respuesta de supervivencia. Tal vez el niño solo fuese movido por ese afán de proteger y dar cuidado a un miembro enfermo de su especie. Eso es muy humano por su parte, en cambio ¿Podríamos decir lo mismo de los investigadores, expertos en lenguaje y con un dominio de este superior a la media? Creo que no, ellos demostraron estar más interesados en encontrar soluciones que en el bienestar de Genie, parecían estar más interesados en solucionar el qué, el cómo, el porqué, el cuando, parecían ser esclavos de un lenguaje que les exigía respuestas. ¿Quien es más humano? ¿Quien está más retrasado? Esto me lleva a pensar, muy a mi pesar, que el lenguaje nos ha vuelto cínicos. Ese afán por conocerlo todo, por encontrar respuesta a todo, ese afán fue el que nos llevo a intentar ser pseudo-dioses, intentar encontrar respuestas nos está haciendo menos humanos. Un claro ejemplo de cómo el lenguaje nos vuelve cínicos... Escondemos los sentimientos tras símbolos (palabras), restándoles valor a estos. "Mira, esa niña está triste" no es lo mismo que ver la tristeza en los ojos de la niña y sentir lo que ella siente, pues es más fácil medir el grado de tristeza a través de los gestos que de las palabras. Evidentemente no es mi intención destruir el lenguaje ¿Qué sería de este blog si hiciese eso? Pero sí es conveniente recordar que existe otro tipo de lenguajes, lenguajes que sirven para comunicarnos con el interior de las personas. Se podría decir que el lenguaje oral o escrito va directo a los pensamientos e ideas, pues fue creado para entender esos pensamientos e ideas, y el lenguaje corporal va directo a los sentimientos y la empatía, pues fue creado para eso. Volviendo al tema de la bipolaridad, encontramos aquí dos lenguajes que parecen estar en contraposición en la dualidad Emoción-Pensamiento. Tal vez sea hora de aprender a danzar por esta dualidad y no estancarse en un solo lenguaje aprovechando así al máximo ambos recursos que nos ofrece la bipolaridad de la vida...

5 mar 2009

Una noche...


Una caricia furtiva hace que una sutil silueta femenina se estremezca en la oscuridad de la noche. El fino vello erizado por la caricia, roza suavemente la fina sabana de seda. Una sonrisa brilla entre las sombras de la noche y un inmenso bienestar recorre el cuerpo desnudo de la joven estimulando cada milímetro de su cuerpo. La ventana se abre lentamente movida por una leve brisa. Al otro lado, la luna y las estrellas contemplan expectantes la situación. La joven cierra los ojos e inspira una bocanada de aire fresco que le reconforta. Un susurro se evapora en su delicado oído “Te amo.”. La imagen de un joven apuesto se vislumbra en su mente y de nuevo, la felicidad, como un torrente desbocado recorre su cuerpo. La joven se gira lentamente para encontrarse con su amado. Pero al otro lado de la cama...no hay nadie. Su amado murió hace ya dos años, pero ella sigue soñando con él todas las noches. Una lágrima brilla en la oscuridad. Un recuerdo, tan bello como imborrable, recorre su mente produciéndole un sentimiento de amargura. Un leve llanto rompe la noche. La luna y las estrellas guardan en silencio el lamento de la joven. Un aullido retumba en la noche. Es la llamada no correspondida de una joven que perdió lo que más amaba…su amor, su vida...