5 abr 2009

Capítulo 2. Forjando un nuevo mundo.


Él se encontraba reclinado en la sucia pared de aquella vieja casa abandonada, con un pie en el suelo y otro en la pared, típica postura de aquel que espera en la parada del autobús, pensativo. No le importaba lo más mínimo que su chaqueta negra se ensuciase, cabizbajo y con la mirada pérdida entre la polvareda del suelo vivía preso de sus pensamientos, su mente había echado a volar…
Una voz femenina y dulce rompió el silencio con suavidad –Eh tú, vuelve. ¿Ya empiezas otra vez con tus viajes mentales? ¿En que estás pensando? Si no te importa decírmelo, claro...
Entonces él levantó su cabeza sobresaltado, por unos instantes se había olvidado de ella. Ella se encontraba enfrente del chico, sentada en el sucio suelo, con los dos brazos cruzados sobre sus rodillas, típica postura de aquel que contempla sentado un inmenso horizonte sobre el cual reflexionar. Una ventana semicerrada con tres listones de madera dejaba pasar por sus resquicios la luz de un soleado día de verano que iluminando la esplendida figura de la joven, figura que relucía entre tanta luz blanca reflejo del polvoriento suelo. Él se fijó en su sonrisa y se la devolvió mientras depositaba su pie izquierdo en el suelo, dejando la huella de una suela de zapato en la pared, no una huella de suciedad, sino de limpieza, pues toda la pared de madera estaba llena de polvo. Con rostro serio avanzó hacia la joven, sorteando muebles viejos y dañados por el paso del tiempo, trató de explicarle sus pensamientos a la joven que no apartaba su mirada del chico:
Estaba pensando, en como vivimos nuestras vidas y el urdido telar de las metáforas me ha hecho entender que la vida es nuestra más íntima compañera.– el joven por fin llegó a la altura de su camarada y se sentó a su vera. Ella le cogió de la mano y este prosiguió con su explicación– Verás…Cuando nací me presentaron la que sería mi vida. Al principio no confiaba en ella, cada vez que esta me hablaba me traía problemas, retos y lecciones. Cuanto más me hablaba más vivo me sentía, pero me traía tantos problemas que al principio me asustó y desconfié de ella. Era demasiado joven para entenderla, pero poco a poco fui conociéndola, fui tratando de resolver esos problemas y retos que me proponía. Para solucionar cada problema era necesario que meditase en silencio. En esos instantes en los que estaba tratando de resolver los problemas de mi vida fue cuando me enamoré de ella. Para seducirla me propuse resolver todos sus problemas y preguntas, para que fuese feliz. Aceptaba cada problema y cada reto con una sonrisa, pues sabía que a cada paso avanzado, estaba más cerca de seducirla. Fue entonces cuando me di cuenta de que hablar sirve para demostrar que uno está vivo, que uno ha solucionado sus problemas con la vida, y callar sirve para demostrar que uno está enamorado, que está tratando de solucionar los problemas de la vida para aferrarse aun más a ella. Por lo tanto vivir no es otra cosa que aprender a conversar con la vida para intentar seducirla. Llevo años conversando con ella y nuestra relación mejorará con el tiempo. Hasta que llegue el dia en que nuestra relación termine. Cuando ese día llegue espero que, en mi lecho de muerte y con una sonrisa de oreja a oreja, pueda decir “Me he follado a la vida tantas veces, he gozado tanto con ella que voy a morir felizmente agotado.”…

Ante la sinceridad del joven el silencio apareció durante unos segundos. Hasta que la voz femenina volvió a silenciar el silencio:
Vaya y luego te extraña cuando te llamamos “el poeta que habla en prosa”– el Poeta sonrió mientras negaba con la cabeza al ver que no se podía librar del mote– Eres todo un romántico de la vida, pero ante una novia como esa tus pretendientes lo tendrán difícil ¿no?
Todo lo contrario mi buen amiga, amar la vida hace que ame y aprecie todo lo que se encuentre en ella. Todo aquello que forme parte de mi vida puede llegar a enamorarme.
Vaya no había caído– la joven quiso preguntarle si ella formaba parte de su vida, pero no se atrevió, por miedo a una simple negación. Se quedó mirando los ojos del chico peligrosamente. Decidió lanzar una pregunta para no delatar sus sentimientos– La vida tiene muchos defectos ¿Cómo puedes enamorarte de ella?
El Poeta se levantó y se dirigió a la ventana contemplando por uno de los resquicios el exterior, como aquel que recuerda con nostalgia algo– Verás, según dicen la perfección nos deja atónitos y fascinados, pero lo que de verdad nos enamora, son los defectos. La vida está llena de problemas, es por eso que actúo como un romántico ante ella. Dicen que para un romántico no corren malos tiempos, un romántico disfruta tanto tratando de solucionar los problemas de la vida como cuando ya los ha solucionado. El único momento malo para un romántico es cuando deja de soñar, cuando deja de tener metas por alcanzar, cuando deja de tener retos que superar…
Mientras el Poeta hablaba ella se había levantado y se había situado detrás de él sin que este se diese cuenta y le susurró al oído mientras le abrazaba– Entonces ¿Cuál es tu mayor meta?– Él sintió un escalofrío por todo su cuerpo tras el abrazo, volviéndose hacia ella le dijo– Mi mayor meta es construir un mundo donde todos sean felices…– Ella bajó su mirada al suelo avergonzada por lo que diría a continuación– Yo soy feliz a tu lado…– Él acarició la fina mejilla de la joven para sonsacarle una sonrisa– Entonces ven, ven conmigo a ese nuevo mundo que construiré para ti…– Sin esperar respuesta el Poeta le besó y los dos bañados por la luz que tímidamente entraba por la ventana se abrazaron…

Continuará…

3 comentarios:

"La LoCa De LoS GaToS" dijo...

oooooooooooo que bonito oooooooo un saludo

Ácrata dijo...

¡Qué profundo! jeje, me ha gustado mucho y espero ansiosa la continuación :)
Un beso.

Ana dijo...

¡Qué lindo! =)