5 mar 2009

Una noche...


Una caricia furtiva hace que una sutil silueta femenina se estremezca en la oscuridad de la noche. El fino vello erizado por la caricia, roza suavemente la fina sabana de seda. Una sonrisa brilla entre las sombras de la noche y un inmenso bienestar recorre el cuerpo desnudo de la joven estimulando cada milímetro de su cuerpo. La ventana se abre lentamente movida por una leve brisa. Al otro lado, la luna y las estrellas contemplan expectantes la situación. La joven cierra los ojos e inspira una bocanada de aire fresco que le reconforta. Un susurro se evapora en su delicado oído “Te amo.”. La imagen de un joven apuesto se vislumbra en su mente y de nuevo, la felicidad, como un torrente desbocado recorre su cuerpo. La joven se gira lentamente para encontrarse con su amado. Pero al otro lado de la cama...no hay nadie. Su amado murió hace ya dos años, pero ella sigue soñando con él todas las noches. Una lágrima brilla en la oscuridad. Un recuerdo, tan bello como imborrable, recorre su mente produciéndole un sentimiento de amargura. Un leve llanto rompe la noche. La luna y las estrellas guardan en silencio el lamento de la joven. Un aullido retumba en la noche. Es la llamada no correspondida de una joven que perdió lo que más amaba…su amor, su vida...

2 comentarios:

Ácrata dijo...

... Menudo cambio, jeje, es tan precioso como triste. Un besito.

Ana dijo...

Precioso. Has sabido captar toda la magia de la escena. Me ha gustado mucho aunque sea tan triste.
Un beso.